Hoy las autoridades no tienen duda alguna de que se realizó un montaje para incriminar al grafitero y, de paso, exonerar al patrullero Díaz. Pero no menos cuestionable y reprochable en este caso es que a medida que las investigaciones se encaminan a establecer los responsables superiores en todo esto, crecen las amenazas contra la familia del joven grafitero y su abogada. De comprobarse que provienen de uniformados interesados en el caso y que, efectivamente, todo en este oscuro incidente se reduce al tan colombiano ‘tapen-tapen’, el prestigio de la Policía Nacional, que tanto ha mejorado en los últimos años, sufriría un duro golpe.
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http://www.semana.com/nacion/articulo/operacion-tapen-tapen-muerte-del-grafitero/333534-3
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